El otro día, navegando por otras webs, leí que habían sacado una ley europea que iba a prohibir el uso de aceiteras en los restaurantes, para sustituirlas por sobres monodosis. Y yo pregunto, ¿no deberían preocuparse más por la calidad del aceite que sirven y no tanto por el recipiente?, porque hay cada sitio que más que aceite, sirven agua con color. En fin, vamos con el pollo antes de que nos lo prohíban también.

Para este plato me gusta usar muslos de pollo, ya que son más jugosos que otra parte del pollo, pero también podéis hacerla con un pollo entero partido en trozos.

Primero salpimentamos los muslos, los cuales deberemos tener sin piel ninguna. Ponemos aceite en la cazuela hasta cubrir el fondo y procedemos a dorar el pollo con fuego medio. Cuidado de dorar solo, ya que sí los dejamos mucho tiempo en el aceite se nos quedará la carne muy seca.

Reservamos los muslos dorados. Picamos la cebolla de forma muy fina y la freímos en el mismo aceite que los muslos. Cuando esté dorada, volvemos a echar los muslos y añadimos las setas. Para estas últimas, uso 2 botes de setas variadas del súper e incluyo en el guiso el propio caldo que traen las setas. Después añadimos agua hasta cubrir por completo el pollo.

Por otro lado, freímos una rebanada de pan, a ser posible tipo hogaza, en un poco de aceite, hasta que se tueste. Sacamos y dejamos escurrir el aceite. Partimos el pan en trozos más pequeños  y echamos en la picadora junto con las almendras. Picamos hasta dejar bien fino.

El majado de pan con almendras se lo añadimos en la cazuela, de esta forma conseguiremos que la salsa "engorde" y le daremos un toque de sabor con las almendras. Dejamos cocer el conjunto a fuego bajo durante 1,50 horas y listo. A comer!